El caso de Braian Guille es un caso de diván en Colón. Si bien demuestra un potencial futbolístico y una serie de aptitudes que lo distinguen del resto, sus actitudes le han jugado una mala pasada y lo han dejado mal parado. Por culpa de esta personalidad díscola, puede perderse el tramo final de la Primera Nacional.
Vale recordar que el sábado pasado fue expulsado sobre el cierre del encuentro por un exceso verbal que no toleró el árbitro Luis Lobo Medina. Pero sumado a las palabras que haya utilizado, también las acompañó con gestos y señas que aludían a un pago cuando se retiró del campo de juego.
Ambas actitudes son seriamente reprochadas por las autoridades del fútbol argentino. Como si fuera poco, también es reincidente.
Por lo tanto, Guille se compró todos los boletos para recibir un duro castigo. Como mínimo, se prevé que sean dos fechas, aunque contabilizando todo el repertorio es probable que la suspensión sea más grave.
Un escenario poco halagüeño cuando solo restan solo tres jornadas para culminar la fase regular de la Primera Nacional. Más aún a sabiendas de que venía siendo titular, por lo que se convierte en una baja sensible para Diego Osella.