La reciente notificación de la Municipalidad de Las Varillas sobre pulverizaciones programadas para los días 19 y 20 de diciembre ha generado alarma en la comunidad. Los trabajos, que se realizarán en terrenos cercanos a zonas habitadas, plantean serias preocupaciones respecto al impacto en la salud de los vecinos y el ambiente.

Diversos estudios científicos han señalado los riesgos de la exposición a los agroquímicos utilizados en las pulverizaciones agrícolas. Estas sustancias, al ser liberadas en proximidad de áreas urbanas, pueden ingresar a las viviendas, contaminar el agua y el aire, y provocar graves consecuencias para la salud. Entre los efectos más reportados se encuentran problemas respiratorios, alteraciones en el sistema inmunológico y enfermedades crónicas como el cáncer.

A pesar de las recomendaciones oficiales, como cerrar puertas y ventanas o evitar el contacto directo, estas medidas no garantizan la protección de las personas más vulnerables, especialmente niños, ancianos y quienes padecen enfermedades preexistentes. El llamado a “no deambular por la calle innecesariamente” evidencia la gravedad de los riesgos, pero también genera interrogantes: ¿qué tan seguro es permanecer dentro de las viviendas si los productos químicos se dispersan en el aire?

Además, preocupa que estas prácticas sean llevadas a cabo en zonas cada vez más cercanas a desarrollos habitacionales como La Ensenada o el loteo Pagani. La falta de una zona de amortiguamiento efectiva entre las áreas agrícolas y urbanas expone a los vecinos a un peligro que podría ser prevenido con una planificación más responsable y regulaciones estrictas.

Este tipo de acciones deben ser revisadas con urgencia por las autoridades. No basta con informar las fechas y horarios de las pulverizaciones. Es necesario adoptar medidas que prioricen la salud de la población, implementar alternativas menos nocivas y exigir un monitoreo estricto sobre el cumplimiento de normativas de seguridad. En tiempos donde la evidencia científica es contundente respecto a los riesgos de los agroquímicos, permitir su uso cerca de comunidades es una decisión que pone en juego la vida y el bienestar de los habitantes.