Raphinha, una de las figuras del Barcelona de Hansi Flick, habló este lunes de sus primeros tiempos en el conjunto catalán, al que arribó a mediados de 2022 tras su paso por Leeds -donde fue dirigido por Marcelo Bielsa- y expuso los desagradables momentos que debió vivir mientras intentaba adaptarse al equipo y era objeto de críticas del público y la prensa. Así, a la par de valorar su gran presente, se sumó a aquellos que ponen el acento a la siempre descuidada parte psicológica de los protagonistas y de sus escasas herramientas para enfrentar tan altos niveles de presión.
"Lo que más he tenido en este camino son motivos para dejar el fútbol de lado y seguir mi vida con mi mujer y mi hijo. Es bastante complicado, duro. Es una profesión que cobra mucho mentalmente, te destruye, he tenido momentos que llegaba a casa y no sabía cómo podía despertar y venir a entrenar otra vez, lloraba muchísimo, mi mujer no sabía cómo ayudarme, esto era bastante complicado", rememoró en diálogo con la radio RAC1.
"Los primeros seis meses fueron complicados para mí y mi familia. Después del Mundial, mejoré y pude acabar bien la temporada. Me quedé más tranquilo, pero el inicio fue bastante difícil. Mi adaptación al club costó. Sabía que lo tenía que hacer, pero no que sería tan difícil a nivel personal. Alguna vez pensé en salir. El Barsa es un club gigante y es normal que cueste. No estaba acostumbrado a esto, pero pasó rápido", repasó el brasileño de 27 años.
“Si trabajás duro y querés tener una carrera futbolística, no debés desistir. También aquí hago trabajo psicológico porque vi que es muy importante. El fútbol te destruye. Es muy fácil entrar en una depresión y dejarlo todo. Después de leer que te vas, que el club no cuenta con vos, de escuchar a la prensa hablar mal de vos… Nunca me habría imaginado ser uno de los capitanes de Barcelona. Me da mucha ilusión. Dentro del vestuario la gente confía en mí. Esto te emociona y te hace sentir más importante. Me dio confianza", comparó el extremo.