Premio consuelo para Rosario Central. Dos de sus tres rivales en la fase de grupo llegaron hasta las semifinales de la Copa Libertadores. Tanto Atlético Mineiro como Peñarol ganaron sus respectivas series y se metieron entre los cuatro mejores de América.
El Galo venció por 2-0 a Fluminense y le dio vuelta la llave (en la ida perdió 1-0 en el Maracaná). Ahora, se enfrentará a River Plate, que eliminó a Colo Colo. Primero se enfrentarán en el Mineirao y luego irán al Monumental.
Mientras, Peñarol igualó este jueves 0 a 0 con Flamengo en el Campeón del Siglo de Montevideo e hizo valer el triunfazo en el Maracaná por 1 a 0. También llegó a las semis después de 13 años y se medirá con el Botafogo de Thiago Almada, que sacó a San Pablo por penales, definiendo en Uruguay.
Buenas tareas pero una irresponsabilidad lo fulminó
Estos resultados destacan el trabajo del Canalla en la fase de grupos contra estos rivales. Es que el equipo conducido por entonces por Miguel Ángel Russo derrotó por 1-0 al Carbonero en la primera fecha en el Gigante, y en la última se la jugó toda en Uruguay pero no le alcanzó y perdió 2-1, de forma que pasó a la Sudamericana.
Frente al Galo hizo una tarea encomiable en Brasil con un gran segundo tiempo, pero no pudo aguantar el empate parcial de Ignacio Malcorra y lo perdió 2-1. Después, también cayó 1-0 por la cuarta fecha en un Gigante sin público.
Justamente, la irresponsabilidad de los hinchas después de la victoria ante Peñarol lo terminó fulminando. Encima en un partido que ganó, lo cual resultó más inexplicable aún.
Ese acto jugó un papel fundamental en la eliminación de Central, porque precisamente su fortaleza era el aliento de su gente en su estadio. Y si no contas con el apoyo de tus hinchas contra el rival más fuerte del grupo, es difícil que las cosas salgan bien.
Ahora, Peñarol y Mineiro hasta pueden enfrentarse en la final. Esto, a su vez, valoriza el trabajo realizado por Russo y compañía en aquella fatídica fase de grupos que dejó bien plantado a Rosario Central.