El 8 de mayo de 2023 Stellantis anunciaba orgullosa haber alcanzado la producción de la unidad número 300,000 del Fiat Cronos en su planta en la ciudad de Córdoba.
El Cronos se transformaba así en el segundo vehículo de Fiat más producido en la historia de nuestro país, un logro que hasta hoy tenía el histórico y recordado “bolita”, el Fiat 600. Pero además, el Cronos resultaba un motor de la metalmecánica por que era el auto de producción nacional con mayor integración de piezas locales (48%).
Poco más de un año ha pasado y el panorama es tan distinto que podríamos estar hablando de otro país.
Por estos días, la planta de Fiat en Córdoba decidió detener las operaciones debido a la falta de componentes esenciales provenientes de Brasil, específicamente la caja de dirección.
Este problema no solo afecta la producción local, sino que también tiene repercusiones en Brasil, donde miles de unidades del mismo modelo están incompletas por la misma razón. En Córdoba, una gran cantidad de unidades del Cronos permanecen sin terminar.
Muy cerca de allí, en la planta de Santa Isabel que produce vehículos para Renault y Nissan, se tomó la decisión de detener la producción; la medida fue comunicada al personal con diez días de anticipación.
La razón principal es la adecuación de la producción al actual nivel de demanda. Renault está considerando reducir las horas de trabajo de ocho a seis por turno a partir de julio, lo cual también afectaría a Nissan, que opera en el mismo establecimiento y en un único turno.
Las cordobesas no están solas
El último reporte de la UIA sobre actividad industrial destacó que el sector automotor es uno de los más golpeados, con una caída interanual del 27,9% en el mes de abril y un panorama sombrío para los meses inmediatos.
Y los datos corroboran los anticipos: además de las tres marcas con producción en Córdoba, otras tres automotrices (Toyota, General Motors y Mercedes Benz) frenaron la producción al mismo tiempo debido a la caída de la demanda interna, a la caída de las exportaciones y a problemas de abastecimiento de piezas.
Las compañías aprovecharon la semana corta, marcada por los feriados del 17, 20 y 21 de junio, para cerrar sus puertas, optando por no operar ni el martes ni el miércoles, los únicos días laborables de la semana.
Toyota, la principal fabricante automotriz del país, suspendió su producción debido a problemas logísticos. La compañía señaló que la falta de piezas importadas fue un factor crucial, agravado por problemas con la llegada de buques.
Esta paralización no solo afecta la producción diaria, sino que también obliga a la empresa a recurrir al sistema de “horas crédito” para compensar los días no trabajados. Además, Toyota puso en marcha un plan de retiro voluntario en respuesta a la caída de las exportaciones hacia mercados clave como Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
General Motors en Santa Fe decidió suspender toda actividad durante la semana, alineándose con la tendencia general del sector. La terminal viene reduciendo su personal y producción para alinearse con la demanda actual. La decisión también se atribuye al alto costo de reiniciar la producción después de un fin de semana largo y con solo dos días laborables en perspectiva.
Mercedes Benz, específicamente su división de vans en Virrey del Pino, partido de La Matanza, pausó su producción como parte de un proceso de reforma en la planta de pintura. Aunque esta decisión se enmarca en una actualización técnica, también refleja las dificultades enfrentadas por la industria en general.
En contraste, otras automotrices como Volkswagen, Ford y la planta de Stellantis en El Palomar, donde se producen modelos de Peugeot y Citroën, informaron que continuarán sus operaciones con normalidad durante esta semana.