En una mañana que comenzó con tragedia, la ciudad de Villa del Rosario, ubicada a 70 kilómetros de Córdoba capital, se vio sacudida por un nuevo caso de femicidio. Ana María Loza, de 59 años, fue víctima de un fatal desenlace a manos de su expareja, quien luego se quitó la vida.

Según informes policiales preliminares, el hombre llegó al edificio donde Ana María desempeñaba su trabajo como personal de limpieza en la calle Hipólito Yrigoyen. Tras un breve intercambio de palabras, perpetró el mortal ataque. «Estaban hablando. Ella le abrió la puerta del edificio y él le dio un disparo. Luego se quitó la vida dentro del mismo edificio, con la misma arma», relató una fuente judicial.

El victimario, de 64 años, había sido pareja de Ana María hace muchos años. Aunque no tenían hijos en común, la víctima dejó a sus hijos de un matrimonio previo. Ana María Loza deja un doloroso vacío en su comunidad y en el corazón de sus seres queridos.

Desde la fiscalía de los tribunales de Río Segundo, donde se está llevando a cabo la investigación del caso, se señaló que no existían denuncias previas de violencia de género entre la pareja. «Estamos investigando qué pasó, porque ellos habían cortado la relación hace muchos años», explicaron las autoridades.

Este nuevo episodio de violencia de género vuelve a poner de manifiesto la urgente necesidad de abordar esta problemática de manera integral y efectiva en la sociedad. El femicidio de Ana María Loza nos obliga a reflexionar y a tomar medidas concretas para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres en todas sus formas.