Argentina y Colombia restituyeron este viernes, luego de las tensiones por los entredichos presidenciales, la representación diplomática.
Los cruces y descalificaciones entre los presidentes Gustavo Petro y Javier Milei encendieron las alertas a fines de marzo. En esa serie de ofensas mutuas, los Gobiernos llamaron a consultas a los embajadores luego de un nuevo episodio y la relación diplomática estaba en punto cero.
Este viernes, en una declaración conjunta de los cancilleres de ambos países, confirmaron que el embajador de Colombia en Buenos Aires, Camilo Romero, regresará a Argentina; mientras que Colombia concedió el beneplácito al embajador designado de Argentina, Mario Raúl Verón Guerra, quien fuera propuesto el pasado mes de enero.
“Este es un nuevo momento de la relación que queremos mantener en términos muy pragmáticos y en beneficio de ambos países”, señaló el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, luego de la reunión, llevada a cabo en Bogotá, con su par argentina Diana Mondino. El encuentro estuvo vedado para la prensa.
“Mucho no se puede esperar de alguien que era (sic) un asesino terrorista”, dijo Milei, en una entrevista a CNN, refiriéndose al presidente Petro. Después del amague de ambas cancillerías, las relaciones entre ambos países retoman la senda diplomática.
En protesta a esos dichos (“asesino terrorista”) el Gobierno colombiano había anunciado la expulsión de los diplomáticos de la embajada de Argentina. En ese momento, Petro interpretó que Milei buscaba "destruir, o al menos aplazar, el proyecto de la integración latinoamericana”.
“Se ha impuesto la voz de la diplomacia a los insultos”, celebró el embajador de Colombia en Argentina en una declaración difundida por la Cancillería. “Ese símbolo de restablecer totalmente las relaciones que en algún momento estuvieron un poco turbias, por decir lo menos, es un ejemplo de cómo resolver conflictos”, agregó.
Además del incidente diplomático, los cancilleres trataron temas de cooperación comercial, desarrollo económico y seguridad.