La gripe aviar H5 está muy extendida entre las aves silvestres y se constató que infecta a docenas de especies de mamíferos, pero rara vez se propaga entre estos nuevos huéspedes. Estos virus han causado brotes en bandadas de aves de corral comerciales y de traspatio, lo que ha llevado al sacrificio de millones de aves de corral.
Tenemos fresco el recuerdo del brote que en 2023 afectó a nuestro país y a nuestra provincia, impactando sobre la actividad comercial y también sobre poblaciones silvestres, como los lobos marinos de Río Negro o, incluso, en la Antártida.
De aves a vacas
Hasta aquí historia más o menos conocida.
Lo cierto es que los epidemiólogos han estado preocupados por el creciente número de mamíferos infectados por la influenza aviar altamente patógena (comúnmente conocida como IAAP) en todo el mundo.
Como confirmando esta tendencia, un artículo aparecido esta semana en el Washington Post viene a poner al día fantasmas persistentes desde la última pandemia. En febrero de este año se encontró IAAP en un cabrito en Minnesota, el primer caso en ganado estadounidense ¿Un caso aislado? Nada que ver: el 25 de marzo el virus se detectó en rebaños lecheros en Texas y Kansas.
La leche no pasteurizada de ganado enfermo recolectada en dos granjas lecheras en Kansas y una en Texas, así como un hisopado de la garganta de una vaca en otra granja en Texas, dieron positivo.
Las pruebas mostraron que se trata del mismo clado genético (la misma “rama”) que está muy extendido entre las aves de todo el mundo.
Y el fenómeno no terminó allí. La gripe aviar se propagó a rebaños adicionales en al menos cinco estados, lo que añade evidencia de que el virus puede estar transmitiéndose de vaca a vaca. La cepa fue confirmada en un rodeo de Michigan el 29 de marzo y en un establecimiento lechero de Nuevo México el 1 de abril, y también se han reportado pruebas presuntamente positivas en Idaho, dijeron funcionarios federales.
Tal es el impacto, que la Asociación Americana de Medicina Veterinaria se vio obligada a emitir un comunicado oficial aclarando que es la primera vez que se identifica la influenza aviar altamente patógena en el ganado lechero de Estados Unidos.
Una buena: el análisis preliminar no detectó mutaciones que harían que estos virus fueran resistentes a los medicamentos antivirales para la gripe que están hoy en uso. O sea, los podrán combatir con el armamento existente.
De vacas a personas
Nuevamente, el capítulo hasta aquí relatado, no sería “tan” preocupante. Al fin y al cabo, en las granjas, en los rodeos, los brotes “in extremis” se enfrentan con el rifle sanitario. Lo grave, sería que esa facilidad para transmitirse entre mamíferos alcanzase a las personas…
Y sí. A las personas también. Un trabajador de un establecimiento lechero en Texas está siendo tratado por gripe aviar, la misma que viene afectando los rodeos lecheros en cinco estados, según confirmaron el lunes 1 de abril funcionarios federales y estatales.
Se trata apenas del segundo caso humano en los Estados Unidos de una enfermedad causada por un virus aviar altamente contagioso.
El paciente, que experimentó inflamación ocular como único síntoma, fue sometido a una primera prueba de gripe y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) realizaron pruebas de confirmación posteriores. Los funcionarios federales sostienen que el riesgo para el público en general sigue siendo bajo. La hipótesis más probable es que el paciente, trabajando en proximidad con vacas enfermas, se haya contagiado a través de ese contacto.
De persona a persona
La experiencia del Covid dejó claro la magnitud y la velocidad con que un virus puede transmitirse. Y el impacto catastrófico que es capaz de generar a escala mundial.
Las infecciones humanas por los virus de la influenza aviar son poco comunes, pero se han producido esporádicamente en todo el mundo. La primera aparición de este tipo de gripe en humanos se dio en 1997 en Hong Kong.
Las enfermedades humanas causadas por la gripe aviar H5N1 han variado desde leves, como infecciones oculares y síntomas de las vías respiratorias superiores, hasta enfermedades graves, como neumonía, y han provocado muertes con una letalidad superior al 50%, aunque debe decirse que los casos confirmados son de unas pocas centenas.
Los expertos se preocupan por la posibilidad de una evolución viral. Hay varios escenarios: el virus podría seguir siendo principalmente una amenaza para la salud animal y luego desaparecer, como lo ha hecho en el pasado. Puede seguir circulando entre los animales, pero no infectar habitualmente a los humanos. O, en el peor de los casos, evolucionar para propagarse fácilmente entre las personas y convertirse en la próxima pandemia.
Por eso, las autoridades sanitarias siguen de cerca el fenómeno.
El portavoz de los CDC, Kevin Griffis, dijo que la investigación sobre la extensión de la propagación del virus está en curso. “En este momento, no tenemos conocimiento de que ninguno de los contactos cercanos del individuo contagiado haya experimentado algún síntoma”.
Si bien los CDC consideran que el riesgo de infección para el público en general es bajo, las personas con exposiciones cercanas o prolongadas y sin protección a aves u otros animales infectados (incluido el ganado), o a entornos contaminados por aves u otros animales infectados, corren un mayor riesgo de infección.
Una precaución que debería tenerse en cuenta de modo sistemático y no solamente ante la confirmación de contagios.